Congregación Argentina de Hnas. Dominicas del Sto. Rosario

                                 
       

Congregación Argentina de Hnas. Dominicas del Sto. Rosario

Recordando esto 125 años, el Papa Francisco en el año 2015 decreto el “Año de la Vida Consagrada” e invitaba a los consagrados a:

Mirar al pasado con gratitud. 

Porque cada congregación tiene una rica historia carismática. En sus orígenes se hace presente la acción de Dios que, en su Espíritu, llama a algunas personas a seguir de cerca a Cristo, para traducir el Evangelio en una particular “forma de vida”, a leer con “los ojos de la fe los signos de los tiempos”, a “responder creativamente a las necesidades de la Iglesia”. La experiencia de los comienzos ha ido después creciendo y desarrollándose, incorporando otros miembros en “nuevos contextos geográficos y culturales”, dando vida a nuevos modos de “actuar el carisma, a nuevas iniciativas y formas de caridad apostólica”. Es como la semilla que se convierte en un árbol que expande sus ramas. Poner atención en la propia historia para mantener viva la identidad y fortalecer la unidad de la familia y el sentido de pertenencia de sus miembros. Se trata de recorrer el camino de las generaciones pasadas para redescubrir en la chispa inspiradora, los ideales, los proyectos, los valores que las han impulsado, partiendo de los fundadores y fundadoras y de las primeras comunidades.


  Vivir el presente con pasión.

 La memoria agradecida del pasado nos impulsa, escuchando atentamente lo que el Espíritu dice a la “Iglesia de hoy”, a poner en práctica de manera cada vez más profunda los aspectos constitutivos de la vida consagrada. Para los fundadores y fundadoras, la regla en absoluto ha sido el Evangelio, cualquier otra norma quería ser únicamente una expresión del Evangelio y un instrumento para vivirlo en plenitud. Solo si Jesús es el único y primer amor, sólo si es así, se puede amar en la verdad y la misericordia a toda persona que encontramos en nuestro camino, porque habremos aprendido de él lo que es el amor y cómo amar: sabremos amar porque tendremos su mismo corazón.


 Abrazar el futuro con esperanza: 

 La esperanza de la que hablamos no se basa en los números o en las obras, sino en aquel en quien hemos puesto nuestra confianza (cf. 2 Tm 1,12) y para quien «nada es imposible» (Lc 1,37). Esta es la esperanza que no defrauda y que permitirá a la vida consagrada seguir escribiendo una gran historia en el futuro, al que debemos seguir mirando, conscientes de que hacia él es donde nos conduce el Espíritu Santo para continuar haciendo cosas grandes con nosotros. Me dirijo sobre todo a vosotros, jóvenes. Sois el presente porque ya vivís activamente en el seno de vuestros Institutos, ofreciendo una contribución determinante con la frescura y la generosidad de vuestra opción. Sois al mismo tiempo el futuro, porque pronto seréis llamados a tomar en vuestras manos la guía de la animación, la formación, el servicio y la misión. Este año tendréis un protagonismo en el diálogo con la generación que os precede. En comunión fraterna, podréis enriqueceros con su experiencia y sabiduría, y al mismo tiempo tendréis ocasión de volver a proponerle los ideales que ha vivido en sus inicios, ofrecer la pujanza y lozanía de vuestro entusiasmo, y así desarrollar juntos nuevos modos de vivir el Evangelio y respuestas cada vez más adecuadas a las exigencias del testimonio y del anuncio.


¿Qué es una congregación religiosa?

Es una institución formada por personas que deciden libremente vivir una vida consagrada de modo especial a Dios con la profesión de los consejos evangélicos: castidad en el celibato, pobreza y obediencia. Esta respuesta libre a una llamada particular de Cristo, mediante la cual los consagrados se entregan totalmente a Dios y tienden a la perfección de la caridad sobre el movimiento del Espíritu Santo.

Los miembros de esta congregación religiosa desean lograr un objetivo en común de dedicar formalmente su vida a Dios. Dichos miembros viven unidos por una regla establecida por el fundador de dicha orden o por la Iglesia.


 ¿A que se dedican? O ¿Por qué surgen?

Cada congregación religiosa surge por una “necesidad” concreta de una sociedad en un determinado tiempo. Pero lo hacen según el “estilo de vida que llevo Jesús” (acercándose y siendo misericordioso con los que eran discriminados en la sociedad en su tiempo; por estar paralitico, por ser viuda, por ser ciego, por ser un corrupto, etc). De esta forma las personas se sentían amadas por Jesús y cambiaban la vida que llevaban.

         De esta manera, brevemente a modo de introducción sobre la “vida consagrada” les invito a conocer el logo que representa el acontecimiento del jubileo congregacional. Mas adelante conoceremos la historia de la fundación de la congregación de las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario.



EL LOGO QUE REPRESENTA EL ACONTECIMIENTO DEL JUBILEO CONGREGACIONAL

  • Enraizada en la Figura de la Madre Rosaura y el Padre Agustín, nace y se desarrolla la Congregación Argentina de Hermanas Dominicas del Santo Rosario. Su inicio se gesta en Mendoza representada por las Alturas más destacadas de nuestro País, la Cordillera.

  • Como fruto del amor oblativo hacia la realidad emergente y doliente, brota un racimo de vid, propia del lugar, y representada en sus uvas, se encuentra las 10 obras; (7 colegios y 3 casas de misión).

  • La Caridad y la Luz de Jesús nacida del Evangelio hacen crecer y madurar la misión salvífica confiada a la Congregación; promocionar al hombre necesitado a la plenitud de vida en Cristo, mediante la Contemplación de los misterios del Rosario, representado a la derecha, como columna vertebral de la vida dominica. Teniendo a María como guía y la cruz bicolor dominica centrando nuestro espíritu evangélico, fraterno e itinerante.

  • Los colores vivos y contrastantes simbolizan la alegría por estos 125 años de entrega ALABANDO BENDICIENDO y PREDICANDO al Dios Vivo.



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